¿Qué dicen las lecturas de Edgar Cayce sobre los sueños y su
interpretación?
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Aunque mucha gente no
hace esfuerzos deliberados para recordar sus sueños, ¡todo el mundo sueña! A
principios del siglo XX, mientras Sigmund Freud y sus colaboradores, como
Carl Jung, demostraban la importancia de los sueños en el psicoanálisis,
Edgar Cayce formulaba un método sencillo que permitía entenderlos de manera
práctica y utilizarlos constructivamente en la vida diaria. Los cientos de
lecturas de Cayce concernientes a los sueños y a su interpretación revelan
que sabemos muchísimo más de lo que creemos, sobre nuestro cuerpo, nuestra
personalidad, nuestra individualidad, nuestro entorno, nuestro estilo de
vida.[1]
Al soñar, tenemos acceso a diferentes
niveles de nuestro subconsciente, o inconsciente. Éste almacena en memoria
todos los sucesos, deseos, esperanzas y recuerdos de nuestras experiencias
anteriores. También posee abundantes recursos que, a menudo, ni siquiera
sospechamos; en particular, es extremadamente hábil para resolver problemas,
contestar preguntas, facilitar exámenes de conciencia y despertar facultades
psíquicas. Por consiguiente, los sueños pueden darnos indicaciones sobre las
causas de nuestras enfermedades, la forma de vivir en armonía con nuestros
semejantes, los pensamientos o las emociones que tratamos de evadir, y mucho
más. Brevemente, los sueños nos ayudan a adquirir un mayor conocimiento de
nosotros mismos en los planos físico, mental y espiritual.
Carl Jung, psiquiatra suizo
contemporáneo de Edgar Cayce, demostró que existía en el inconsciente un
nivel profundo derivado de una auténtica realidad espiritual no reconocida
por Freud. En este nivel, que Jung llamó "el inconsciente
colectivo", podemos comunicarnos los unos con los otros gracias a
símbolos universales o arquetipos, es decir imágenes que tienen el mismo
sentido para todos. Así, un gato grande o un león representa fuerza y
vitalidad; los pájaros corresponden a varios aspectos del amor o de la
compasión; el agua caracteriza el Espíritu; un anciano o un ancestro
personifica nuestro ser superior o nuestra sabiduría interior. Eso explica
por qué, a través de sus símbolos o temas universales, numerosos cuentos y
mitos de diferentes culturas se asemejan.
A veces podemos asociar las imágenes de
nuestros sueños a arquetipos. Sin embargo, no siempre es así, de modo que las
mejores interpretaciones se logran analizando lo que cada símbolo evoca para
nosotros. Por ejemplo, un rifle significará probablemente cosas muy distintas
para un armero y una víctima de guerra.
Contrario a lo que en
general pensamos, no hay sueños "malos", pues todos, las pesadillas
inclusive, contienen mensajes destinados a ayudarnos. Soñar con catástrofes
constituye una manera de desatar nuestras tensiones emocionales, nos alienta
a tomar ciertas disposiciones, o nos exhorta a cambiar nuestra dieta, nuestro
estilo de vida o nuestras actitudes. Si sólo les otorgáramos el interés que
merecen, nuestros sueños se convertirían en una fuente inapreciable de
enseñanza y de inspiración.
Mencionemos a alguien que
había soñado con un hombre uniformado sin cabeza. Cayce le dijo en una
lectura que, en lugar de "perder la cabeza" obstinándose en
ejecutar su trabajo a la perfección hasta en los pequeños detalles, más
valdría que se dejara guiar por el Espíritu. A otro que había soñado que un
histérico corría por las calles gritando y sembrando el pánico, Cayce le
aconsejó que dominara su mal genio. Una mujer se había visto en sueños
hablando con una amiga quien lucía una hermosa dentadura postiza; la mitad de
los dientes, en forma intercalada, parecían de oro puro. En una lectura,
Cayce le explicó que los dientes de oro, símbolos de las verdades
espirituales que ella misma enunciaba con tanta frecuencia, eran falsos
porque no ponía en práctica lo que pregonaba. A una señora que había soñado
que su difunta madre estaba viva y feliz, Cayce le aseguró que no se
equivocaba, pues "la muerte no es una realidad, sino una transición del
mundo físico al plano espiritual".[2]
Algunos sueños se comprenden muy bien
literalmente. Por ejemplo, un sueño en el que comemos una ensalada puede
invitarnos a consumir más verduras crudas. Asimismo, ocurre que soñamos con
una persona que hemos perdido de vista desde hace mucho tiempo, poco antes de
encontrarnos de nuevo con ella o de recibir noticias suyas.
No obstante, la mayoría de los sueños se
interpretan de manera más simbólica. Así, lugares desconocidos o habitaciones
cerradas suelen caracterizar aspectos de nosotros mismos que no hemos
explorado o que nos negamos a considerar. Un automóvil representa comúnmente
nuestro cuerpo y señala que debemos modificar ciertos hábitos, preocuparnos
de un estado patológico o cuidar nuestra salud.
Los sueños de nacimientos o de muertes
son aún más simbólicos. Corresponden frecuentemente a nuevas situaciones, a
cambios o a la abolición de viejas costumbres. Un sueño en el que alguien va
a tener un hijo, o se ocupa de un niño joven que no existe en la realidad,
anuncia en principio un nuevo comienzo en la vida o una idea que está por
aparecer. Un sueño fúnebre a menudo indica la muerte de algún rasgo de
nuestra personalidad. Por ejemplo, si una persona sueña que asiste a los
funerales del sacerdote de su parroquia, esto sugiere que desatiende sus
atributos espirituales y los deja "descansar en paz".
Los sueños que dan consejos o emiten
juicios se refieren a sistemas de valores, normas o ideales que hemos
adoptado: al soñar, hacemos una comparación, o "correlación" como
solía decir Cayce, entre nuestras recientes acciones y nuestros criterios
personales. Citemos el caso de una mujer a quien se le había recomendado, en
vano, que evitara comer chocolate por razones de salud. Una noche, soñó que
estaba pasando chocolate ilegalmente por la frontera mexicana, obvio signo de
que hacía en la vida algo prohibido.
Estudios científicos han mostrado que
cada uno de nosotros sueña. A fin de aprovechar nuestros sueños, tenemos que
poner un cuaderno o un bloc de apuntes en la mesa de noche. Si dormimos lo
suficiente, convencidos de que vamos a recordar nuestros sueños, y hacemos el
esfuerzo de escribir, en el momento de despertar, todo lo que nos viene a la
mente, sea sólo una vaga impresión o leve sensación, deberíamos acordarnos de
nuestros sueños bastante rápidamente.
Ya que la misma imagen puede tener una
significación diferente para un individuo y para otro, el análisis de un
sueño es generalmente personal. Por ende, el mejor modo de interpretar los
símbolos que vemos, sobre todo cuando se presentan en diversas ocasiones,
consiste en establecer la conexión entre ellos y los acontecimientos de
nuestra vida.
Las siguientes pautas son prioritarias
si queremos beneficiarnos de nuestros sueños. Siendo simples y prácticas,
incluso los principiantes pueden aplicarlas fácilmente.
Los sueños desempeñan el papel
fundamental de hacernos distinguir lo que sucede en nosotros y a nuestro
alrededor, a través de la correlación que establecen entre nuestro
comportamiento habitual y los valores que constituyen nuestro ideal. Nos
señalan las necesidades del cuerpo, nos revelan nuestros deseos escondidos y
nos permiten llevar una existencia más positiva. Nos ayudan a tomar
decisiones a partir de lo que sabemos. Así, pueden indicarnos cómo mejorar
nuestras relaciones con una persona después de que hayamos hecho
conscientemente todo lo posible al respecto.
En resumen, cuando nos fijamos objetivos
precisos y actuamos con diligencia para alcanzarlos, los sueños aclaran y
orientan nuestra vida. Tratar de obtener provecho de nuestros sueños es
análogo a entablar conversación con un confidente, quien conoce todo sobre
nosotros y está siempre dispuesto a abordar nuestros problemas o nuestras
preocupaciones. La mayor parte del tiempo, él se limita a escucharnos; pero,
muchas veces, esto es suficiente para hacer surgir respuestas que se hallaban
sin descubrir en nuestro ser interior.
Las lecturas nos incitan
a prestar atención a nuestros sueños. Edgar Cayce repitió que no existe nada
importante para nosotros que no hayamos soñado antes. Él afirmó: "Los
sueños son una manifestación del subconsciente. Todo lo que llega a ser
realidad aparece primero en sueños."[3]
Libro recomendado:
"Los sueños: Las respuestas de esta noche a
las preguntas de mañana" ("Dreams, Tonight's Answers for Tomorrow's Questions") - Mark Thurston
1. En la
terminología de Cayce, la personalidad designa lo que los otros ven de
nosotros, exhibido por nuestro ego. Pertenece, por lo tanto, al velo de
ilusión que oculta nuestra esencia divina. La individualidad se define como
"la lámpara interior", "lo que brilla desde adentro,
diferenciándonos los unos de los otros" [lectura 345-2]. Nuestra
individualidad es nuestro yo verdadero, nuestra naturaleza profunda, nuestra
alma, el ser espiritual que forjamos desde que existimos.
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ALGUNOS SÍMBOLOS Y TEMAS ONÍRICOS
SÍMBOLO /
IMAGEN
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POSIBLES
INTERPRETACIONES
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Agua
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Se
relaciona con la espiritualidad; las emociones.
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Anciano
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Simboliza
la sabiduría; el yo superior.
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Automóvil / Coche
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A menudo
representa la orientación que se toma en la vida; el estado de salud; partes
del cuerpo (motor = corazón, escape = órganos de eliminación, etc.)
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Caerse
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Se
refiere a situaciones de las que se ha perdido el control. Significa también
la falta de confianza en sí mismo, de fe, de determinación o de fuerza de
voluntad.
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Casa / Habitaciones en una casa
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La casa
se relaciona con una situación personal o una experiencia actual. Las
habitaciones representan las actividades correspondientes (dormitorio =
relaciones o sexualidad, cocina = comida, baño = eliminación, etc.). Además,
una casa puede equivaler al cuerpo físico (techo o parte alta = pensamientos,
sótano = subconsciente, etc.)
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Desnudez
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Significa
jactarse; depender cabalmente de las circunstancias; exponerse a
dificultades. Puede ser sinónimo de vulnerabilidad.
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Dientes
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Por lo
general, simbolizan las palabras pronunciadas. Dientes que se caen
corresponden a cosas que no hubieran debido decirse.
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Gente / Personas
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Muchas
veces, las personas que aparecen en nuestros sueños representan diferentes
aspectos de nosotros mismos. También pueden simbolizar las actividades, los
talentos, las cualidades, los defectos, los rasgos o las características que
asociamos a dichas personas.
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Lugares específicos
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Se
refieren a las actividades habitualmente realizadas en aquellos sitios (lugar
de trabajo = profesión, casa = vida familiar, escuela = aprendizaje o
adquisición de conocimiento, biblioteca = saber, tintorería = limpieza o
purificación, etc.)
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Pesadillas
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Ponen el
énfasis en asuntos que se han ignorado o dejado de lado; en responsabilidades
que se tratan de eludir. También expresan el miedo; la ansiedad;
preocupaciones.
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Sexo
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Se
relaciona con la sexualidad o las relaciones personales. A veces hace
resaltar algo que se ha despreciado o descuidado. Puede simbolizar la
creatividad; el amor; la gratificación personal.
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Volar
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Representa
una gran alegría; euforia; una experiencia que eleva la conciencia; la
espiritualidad. Significa también dominar una situación o resolver un
problema.
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Colores
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Amarillo = inteligencia; poder personal; fuerza de voluntad; control de sí
mismo.
Azul = espiritualidad; sabiduría.
Blanco = pureza; inocencia; santidad.Bronce = algo falso, artificial o
erróneo.
Dorado = valor inestimable (espiritual o materialmente); naturaleza divina.
Gris = confusión; algo nebuloso o vago.Índigo = el yo superior; el alma.
Marfil = alteración de la verdad; indiferencia; actitud distante.
Marrón = asuntos materiales, terrenales o prácticos.
Naranja = creatividad; energía; sexualidad.
Negro = negatividad; depresión; cosas ocultas; lo que no se entiende o
nunca llegó a la conciencia.
Plateado = valor material; intuición.Púrpura = desarrollo espiritual.
Rojo = ira o furia; deseos o apetitos carnales; identidad; creatividad
básica.
Rosado = amor superior o divino; salud perfecta.
Verde = curación; crecimiento; envidia.
Violeta = espiritualidad; abnegación; renunciación.
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Números
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Cero = ausencia; el todo; lo completo.
Uno = unidad; primero; inicio; individualidad; supervivencia.
Dos = dualidad; opuestos; relaciones; sexualidad.
Tres = físico, mental y espiritual; cuerpo, mente y alma; gran fuerza;
poder personal.
Cuatro = tierra; materialidad; servicio; estabilidad; amor humano.
Cinco = los cinco sentidos; cambio; nuevos caminos; fuerza de voluntad.
Seis = simetría; belleza; armonía; Conciencia Crística; influencia sobre
los demás; autoridad.
Siete = santidad; lo sagrado; perfección; los siete chakras; unidad en
Dios.
Ocho = equilibrio; justicia; infinito; gran fuerza o gran debilidad.
Nueve = cumplimiento; realización; transformación; plenitud.
Diez = totalidad; vigor; entereza; similar a uno.
Once = dominio en el plano físico; similar a dos.
Doce = orden cósmico; el círculo de la vida; similar a tres.
Trece = mala suerte; similar a cuatro.
Veintidós = dominio en el plano mental; control de los pensamientos y de las
emociones; similar a cuatro.
Treinta y tres = dominio en el plano espiritual; similar a seis.
Cuarenta = limpieza; purificación; pruebas; transformación; similar a cuatro.
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